Sabado 17.Luang Prabmang.

Las cosas a hacer por aquí son 3 o 4, y ninguna en la ciudad, cogimos un tuk tuk furgoneta por 3 euros por personas, en teoría nos pedian 5 euros por persona, pero Borja dinamito los precios bajándolos a 4. Tienen una especie de mafia, porque ninguno bajaba de 4 por persona, y al salir del pueblo dirección a las cataratas paso por un registro a coger un librito y pagar algo, que no sabemos que era. De camino a las cataratas pasamos recogiendo a su familia, nos vino bien para pasar el rato haciendo el perro, dando galletitas, haciendo fotos a la niña, la verdad que los niños en Asia son muy guapos, luego crecen y hay de todo.

Las cataratas tienen un paseo entre la selva con una reserva de Osos y Tigres, no tiene mucho sentido, pero allí están  Las aguas son azules verdosas, con varias terrazas en plan jacuzzi, y con varias cataratas de decenas de metros. Al meternos en el agua los peces nos empezaron a exfoliar los pies gratis, a Silvia no le hacia mucha gracia que se comieran su rodilla, pero salio suave suave. Mientras estábamos en el agua viendo tirarse gente por una cuerda y el agua caer por la cascada, nos cayo una tormenta tropical, fue genial
la sensación de estar diluviando y nosotros tan tranquilos.
Despues de esto pasamos por un pueblo donde el tuktukero recogió a su mujer, aprovechamos para ver como cultivaban arroz, un trabajo casi inútil ir con un buey de agua arando por una tierra embarrada, mientras un tio empujaba el arado para hacer unos surcos que quedaban ocultos por el agua, el tío estaba lleno de barro, y la velocidad y el esfuerzo no creo que compensara, pero así lo hacíamos en España hace no mucho. La duda es si eso que aquí llevan haciendo 500 o 700 años, cambiara en los próximos 30 años o en los próximos 200. La gente de este primer pueblo era muy natural, nos veían por la calle y llamaban a sus niños, esta repleto de niños de 2 a 7 años, para que les hicieramos fotos y se las enseñaramos. El segundo pueblo tenia como diferencia un camino de cemento, por donde pasaban los turistas y donde se ponían los niños a vender pulseras, mas como hobby que como trabajo.
Llegada a nuestra ciudad y charla con un par de monjes de 16 años, que iba a estar 3 de monjes estudiando ingles y demas, por cierto, que su inglés ya lo querria Penelope Cruz.

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